La mayoría de nosotras hemos estado cocinando el arroz blanco 🍚 de una forma errónea.
El arroz es una comida fundamental en muchas culturas de las cocinas en la gran mayoría de los países. Es una importante cosecha de cereales de la que se alimenta más de la mitad de la población mundial. Casi todos podemos decir que el arroz es muy fácil de preparar, a diferencia de otros granos.
Además, los beneficios para la salud de arroz son numerosos. Este proporciona rápida e instantánea energía, regula y mejora el tránsito intestinal, y estabiliza los niveles de azúcar en sangre. Al consumirlo, se ralentiza el proceso de envejecimiento. También proporciona una fuente esencial de vitamina B1 para el cuerpo humano.
Sin embargo, similar a la de otros cereales, el arroz tiene un inconveniente clave. Este conduce a la ganancia de peso y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2. Cuando se trata de beneficios para la salud, el arroz blanco es especialmente dañino. Sólo una taza de este consta de 200 calorías, la mayoría de puro almidón sin muchos otros nutrientes.
No es demasiado tarde para modificar la forma en que cocinas tu arroz. Además, puedes aprovechar todos los beneficios que nos brinda. Aquí te ofrecemos simples pasos para cocinar un arroz perfecto.
¿CÓMO COCINAR PERFECTAMENTE SALUDABLE ARROZ BLANCO? – UN SENCILLO TRUCO QUE NO SABÍA
Según estudios recientes, el valor calorífico de arroz puede ser cortado por un sencillo truco, que puede incluso añadir otros nutrientes para este grano.
El Dr. Sudhair James, quien realizó un estudio sobre el valor nutricional del arroz, explicó que “debemos cocinado el arroz como de costumbre. La única diferencia es que antes de poner el arroz en el agua hirviendo, agregamos un poco de aceite de coco, de alrededor del 3% de la cantidad de arroz. Después de haber sido cocido, lo dejamos en la nevera durante unas 12 horas.
¿Pero qué sucede realmente? Cocinar el arroz en agua hirviendo hace su almidón extremadamente fácil de digerir. Esto permite a nuestro cuerpo a convertirlo fácilmente en azúcar. A continuación se convierte en glucógeno y, finalmente, la almacenamos como grasa. Por otro lado, freír o utilizar otras formas de cocinar el arroz no cambian el almidón, dejando difícil de digerir.
Según el Dr. Pusparajah Thavarajah, el coautor del estudio, “la adición de lípidos (en este caso el aceite de coco o algún otro que la grasa de cocina) reduce drásticamente la proporción de fácil digestión del almidón.” De hecho, el aceite reacciona con el almidón cambiando así su estructura. Fuente: https://www.researchgate.net/
“El enfriamiento del arroz ayuda a reforzar el contenido de almidón en su forma ‘más difícil’. Esto hace que los restos de arroz sean menos calóricos, incluso después de ser recalentado”, explica el Prof. Thavarajah.